La piedra

El distraído tropezó con ella. 
El violento la utilizó como proyectil. 
El emprendedor construyó con ella. 
El campesino, cansado, la utilizó de asiento. 
Para los niños, fue un juguete.  LaPiedra[Antonio Pereira]
David, mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura. En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en la persona. Que no te detenga una simple piedra. Cógela, mírala y conviértela en parte de la solución.

Quiero que te quedes con la anterior frase. Vuélvela a leer. 

En cualquiera de los casos la diferencia estuvo en la persona, la piedra siempre fue lo mismo. La idea de cómo usarla, la idea de cómo utilizarla, la idea de qué hacer con ella siempre fue decisión de la persona que la observaba. 

Y tú, ¿Has elegido la piedra correcta? ¿Cuál es tu piedra?, Y ¿Qué piensas hacer con ella? 

Esa es la cuestión que debes trasladar a tus proyectos de tu vida, ¿me enfrento a los problemas de la forma correcta? ¿enfrento las dificultades de la forma que debo? 

Tenemos que recordar que el camino más rápido hacia la derrota es darte por vencido. Porque, en ese caso, el obstáculo no tendrá que hacer absolutamente nada para derrotarte, ya lo haces tú. 

Por eso, cuando venga un problema, dale una vuelta, cambia de perspectiva, piensa en la piedra, en cómo cada persona la veía con ojos distintos, en cómo para algunos era un impedimento y para otros una solución, en cómo para unos daba descanso y para otros permitía conseguir sus objetivos. Porque gran parte del camino comienza con nuestra actitud y aunque no sea la única condición para que triunfemos, si es necesaria para hacerlo. 

La próxima vez enfrenta las cosas de otra forma. Que no te detenga una simple piedra. Cógela, mírala y conviértela en parte de la solución. 

 

2 comentarios en “La piedra”

  1. Si la vida te da limones, haces limonada, y si te da la espalda, le tocas el culo.
    De todas las entradas esta es la que más me ha gustado. Te quedan muchas palabras por decir y días que vivir, porque Carlitos es mucho Carlos, mucho más que una malformación o los impedimentos que, temporalmente, quedan tras ella. Difícilmente todas las personas que te conocen hayan sabido y aprovechado para expresarte de forma exacta lo agradecidos que estamos contigo y lo que has aportado a nuestra existencia. Hemos echado mucho en falta tus «simples» saludos; has sido, eres, una persona altruista, y difícilmente te podrán devolver todo lo que has dado, que de por sí fue siempre sin ánimo de recibir nada a cambio.
    Cuando nos pasa lo inesperado nos damos cuenta de lo ignorantes que somos, lo poco que hemos sabido disfrutar y valorar lo que se tenía; inevitablemente caemos en la desesperación. De nuevo aportas tu experiencia, tu nuevo aprendizaje, para que otros (seguro, desconocidos) no sientan esa impotencia.
    Es física y virtualmente imposible devolver todos tus gestos de honestidad y valores. Quizás sólo baste con que cada día sumes nuevos pasos y lo hagas con más firmeza. Nunca dejaremos de creer en ti ni de quererte.

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